viernes, 18 de abril de 2014

"San Martín era masón, sabías??"

Hoy he escuchado esa frase más veces de las que se puede imaginar (es uno de los gajes del oficio...), y, en lo personal, es algo que me preocupa. Mucho se ha escrito ya sobre el supuesto "San Martín masón", están aquellos que lo afirman a ojos cerrados, y los que no se meten en el tema por no generar controversias.
Acabo de leer un artículo, en el que se transmite exactamente lo que yo pienso acerca de dicho asunto. La comparto con ustedes:

La verdad sobre San Martín y la Masonería. - Por Esteban D. Ocampo

Otro de los puntos que algunos intentan colocar como "oscuro" en la vida de nuestro Padre de la Patria es la afirmación que era masón.

Dice Roque Raúl Aragón en su trabajo "La política de San Martín":
"... En cuanto a los homenajes que pudo haber recibido San Martín de masones - y no en actos masónicos - Lazcano afirma que la Masonería no reserva sus homenajes para sus propios miembros. El más llamativo es una medalla acuñada por una logia de Bruselas, cuya inscripción es: "La Parfait Amitié Const.- A L´Or- de Bruxelles le 7 julliert 5807 au General San Martín, 3825". Como se ve, no se le da el tratamiento de "hermano" (H.:.) que, de serlo, le hubiera correspondido."

De igual forma se expresa Horacio Juan Cuccorese, en su trabajo "Historia de las ideas. La "Cuestión Religiosa". La religiosidad de Belgrano, y de San Martín. Controversia entre católicos, masones y liberales":
"...¿existe alguna prueba documental o testimonial reveladora de que San Martín haya aceptado una medalla masónica? ¿Existe constancia de la recepción solemne sobre la entrega de la medalla, discurso de Gran Maestre de la Logia y palabras de agradecimiento de San Martín? Nada. ¿Habrá tenido conocimiento San Martín de que se acuñó una medalla masónica en su honor? En la correspondencia sanmartiniana tampoco se encuentra nada..."

Añade el mismo autor en otro de sus trabajos, "San Martín, Catolicismo y Masonería...":
"...La leyenda masónica sanmartiniana nace como concepción mental en 1876. Es decir, veintiséis años después de la muerte de San Martín y diecinueve con posterioridad a la organización de la masonería argentina en Buenos Aires... El nacimiento real de la leyenda masónica sanmartiniana es de mayo de 1880..."

Por otro lado, dice el historiador español Vicente Rodríguez Casado en "Conversaciones de Historia de España":
"...Sobre la intervención de la masonería hay que tener en cuenta diversos hechos importantes. En primer término, el interés de los masones actuales de tener el mayor posible enlace histórico con las grandes personalidades del pasado. El único punto de apoyo que tenemos para saber, por ejemplo, que el famoso Conde de Aranda era masón, es precisamente el que cincuenta años después de su muerte, la masonería española conmemoró en una medalla tal hecho, sin que haya ningún otro documento que lo pueda atestiguar. Del mismo modo sucede, por ejemplo, con el General San Martín. Después de los estudios de Monseñor Navarro demostrando que la "Gran Reunión Americana no fue propiamente una logia" y los escritos de Pueyrredón y Bulnes en los que determinan el que la logia americana tampoco pueda incluirse en la organización masónica, difícilmente puede afirmarse el carácter masónico de San Martín, el general, que, por otra parte, castigaba en su ejército con pena de muerte la blasfemia..."

Sobre esa oración final, el religioso la pone como ejemplo, porque justamente la Masonería había sido condenada por el Papa Clemente XII mediante la Bula In Eminenti, del 4 de mayo de 1738, donde se prohíbe “muy expresamente (...) a todos los fieles, sean laicos o clérigos (...) que entren por cualquier causa y bajo ningún pretexto en tales centros(...) bajo pena de excomunión...”.
...
La prohibición va a ser confirmada por el Papa Benedicto XIV en la Constitución Apostólica Providas el 15 de abril de 1751, y de esta manera, la Masonería en España será prohibida, ese año, por orden de Fernando VI. Por ello es importante esclarecer este punto, pues “el catolicismo profesado por San Martín establece una incompatibilidad con la Masonería, a menos que fuera infiel a uno o a la otra” (Roque Raúl Aragón, citado ant.), debiéndose decir también que en las Memorias de Tomás de Iriarte, queda afirmado el rechazo de Belgrano a la posibilidad de ingresar en la organización, “aduciendo precisamente, la condenación eclesiástica que pesaba sobre la secta" ( Tomás de Iriarte "Memorias", Tomo I).
Me acuerdo perfectamente cuando en 1989, muchos integrantes de la Masonería argentina, entre ellos miembros de la Academia de Historia afirmaban:
"... ahora que cayó el muro de Berlín, vamos a poder tener acceso a los archivos de las logias masónicas en Europa que tienen los soviéticos. Vamos a viajar y vamos a volver con la lista donde figura SM..."
Fueron haciendo estas afirmaciones en voz alta...
Volvieron en el mayor y más absoluto silencio...
De igual forma, podemos hablar del intento de llamar a la Logia Lautaro como Masónica. Al respecto, sólo voy a hacer este comentario que queda más que claro, pero si tuviera que poner mayor información, con gusto lo haré. El comentario es el testimonio de dos ex- presidentes de la República, que desempeñaron, además, el cargo de Gran Maestre de la Masonería Argentina.

Bartolomé Mitre escribió:
“La Logia Lautaro no formaba parte de la masonería y su objetivo era sólo político". Es importante destacar que para esta cuestión Mitre consultó al General Matías Zapiola, quien había integrado la Logia.

Por su parte, Domingo Faustino Sarmiento opinó:
“Cuatrocientos hispanoamericanos diseminados en la península, en los colegios, en el comercio o en los ejércitos se entendieron desde temprano para formar una sociedad secreta, conocida en América con el nombre de Lautaro. Para guardar secreto tan comprometedor, se revistió de las fórmulas, signos, juramentos y grados de las sociedades masónicas, pero no eran una masonería como generalmente se ha creído...”
Así, el único antecedente que pueden exhibir quienes defienden la hipótesis comentada, es una medalla acuñada por la logia “La Parfaite Amitié”, de Bruselas, en 1825. Al respecto puede señalarse que la medalla sólo contiene la efigie del General y la inscripción “Au General San Martín”, sin dársele el tratamiento de “hermano” (H...). Como la Masonería no limita los homenajes a sus propios miembros, y la figura del Libertador era suficientemente conocida en Europa, dicho elemento no aporta ninguna evidencia. Finalmente, se ha llegado a determinar que en 1825 el rey de Bélgica, Guillermo I, dispuso acuñar diez medallas diseñadas por el grabador oficial del reino, Juan Henri Simeon, con la efigie de otras tantas personalidades de la época. Aparentemente, debido a las necesidades políticas internas, el rey concedió a la logia citada la acuñación de la medalla destinada a San Martín. Hay que añadir que eso ocurrió en 1825, y en los siguientes veinticinco años que vivió San Martín en el viejo continente, no se produjo ningún hecho ni documento que lo vinculara a la organización.

Y ni hablar del "famoso" mandil que dicen los masones que utilizó SM en el Perú. El Prof. Julio Mario Luqui Lagleyze, experto en "Enseñas y Uniformes Militares de América y España" descubrió hace ya unos años que es el Estandarte de un Cuerpo de Caballería Realista del Perú...

Por otro lado me pregunto lo siguiente a la luz de los documentos históricos:
¿Cómo se entiende entonces si San Martín realmente fue masón, que sus principales enemigos (Carlos Alvear y José Miguel Carrera) fueran Masones?
¿Cómo se entiende entonces que su empresa en Perú quedara frustrada por la acción combinada de tres logias masónicas? (Logia Central de la Paz Americana del Sud: formada por Jefes y Oficiales del Ejército Realista, pertenecientes al partido liberal y liderados por el Gral Jerónimo Valdéz, la cual frustró los pactos de Punchauca y Miraflores que hubieran puesto fin en 1821 a la guerra en el Perú.
La Logia Provincial de Buenos Aires: liderada por Rivadavia. Ante el personaje mencionado, nada más para agregar porque es redundante.
La Logia Republicana Orden y Libertad: liderada por José Faustino Sánchez Carrión, y asentada en el Perú, la cual se encargó de atacar y levantar al pueblo peruano contra la idea monárquica de San Martín)
¿Por qué entonces la Gran Logia Unida de Inglaterra el 21 de agosto de 1979 en contestación a un pedido de Patricio Maguire sobre si tenían constancia en sus archivos que San Martín hubiera sido miembro de la Masonería, contestó que no aparecía en ningún listado?
¿Por qué entonces la Gran Logia de Escocia el 30 de junio de 1980 ante el mismo requerimiento, contestó de igual forma?
¿Por qué entonces la Gran Logia de Irlanda el 24 de junio de 1980 ante el mismo requerimiento, contestó de igual forma?
¿Cuáles son los documentos que dice tener la Masonería en algunos ámbitos del mundo y que no muestra?
¿Será que su único fundamento es una declaración de la masonería argentina de 1876 y una medalla acuñada en Bélgica?

En definitiva, singular masón era San Martín... usaba un Estandarte Realista como mandil, y participaba en una organización prohibida por la Iglesia, siendo por otro lado un profundo y declarado católico.


Por Esteban D. Ocampo

domingo, 30 de marzo de 2014

"¡Viva la Patria!" por Esteban D. Ocampo

Hola amigos. Leí esta nota de Esteban Ocampo, un excelente trabajo, me llenó de emoción y quise compartirlo con ustedes. Acá está:

"¡Viva la Patria!"

¿Cuántas veces habrás escuchado a muchos gritar "Viva la Patria"?¿En qué ocasiones particulares ese grito inundó el aire y fue repetido casi instantáneamente por todos los que estaban alrededor?¿Cuántas veces lo habrás gritado aún sin saber su significado?Seguramente muchas veces te pasó alguna de estas situaciones.Pero, ¿qué quiere decir "Viva la Patria"?"...Morir por la patria es vivir, es dar a nuestro nombre un brillo que nada borrará...", decía Domingo Fidel Sarmiento en una carta a su madre el día anterior a caer en la Guerra del Paraguay, descubriéndonos con esas palabras el real sentido de la frase, el real sentido del grito.Un grito lanzado desde la Guerra de la Independencia por cada uno de nuestros hombres que se batieron, en todas circunstancias y alternativas, pero siempre con la cabeza bien en alto.Como aquellos que a pesar de no haber alcanzado el objetivo de tomar la plaza de Talcahuano y habiendo sufrido importantes pérdidas, querían volver a intentarlo al día siguiente una vez más...Como aquellos que se retiraban en Maypo bajo el diluvio de fuego de los veteranos del Burgos, y que al ver a la reserva parar en seco a los realistas retornaron a la lucha...Como aquellos que en las faldas del Pichincha habiendo agotado sus municiones se retiraban sin darle la espalda al enemigo, con sus cartucheras abiertas para mostrar que no tenían más proyectiles, y colocando como única oposición sus bayonetas al frente...Como tantos y tantos ejemplos que inundan nuestra historia de gloria.Esa historia que escribieron los Infernales en el Norte al mando de Güemes, los negros de los Batallones 7 y 8 en la Campaña de Chile y Perú, los centauros granaderos con sus criollos y sables, los artilleros en la misma Malvinas...Esos hombres todos cargaron al grito de "Viva la Patria"... Que mi Patria viva a pesar que hoy pueda sacrificar mi vida, a pesar que pueda no volver... Que "Viva la Patria" siempre, porque así mi nombre tendrá un brillo que sólo ella puede darle...Dicen que el negro Falucho murió al pie del mástil que tenía nuestra bandera en el Perú, al negarse que la arríen y participar de la rebelión que se dio en El Callao, al grito de "Viva Buenos Aires" que era su Patria....Cuentan que el Capitán Millán frente a sus ejecutores en el Perú, se colocó su chaqueta, y puso en ella cada una de las medallas que ganó en batalla, relatando al mismo tiempo cada uno de los combates y acciones donde participó. Se le ofreció vendar sus ojos, cosa que no aceptó, y cuando estuvo listo, se abrió su uniforme, y mirando al pelotón de fusileros realistas exclamó: "Al pecho...Viva la Patria"...



viernes, 28 de febrero de 2014

Si no empezamos nosotros... de qué cambio hablamos?

Hola amigos, en este post dejo un poco de lado el pasado, la Historia, para hablarles de este presente tangible, de una realidad fría y palpable.
Esta mañana en el Memorial estuvo, cerca de cuarenta minutos, una señora que, según me contó, vive a un par de cuadras del lugar. Entró, la recibí amablemente, la presenté con el soldado de infantería para que le brinde la charla referencial a la Bandera del Ejército de Los Andes. A los cinco minutos salió, se dirigió hasta la otra sala y ahí estaba yo; dispuesta a explicarle sobre las otras dos banderas. Entablamos una conversación. Al principio pareció interesante, después se tornó un conjunto de palabras arrogantes.
La mujer me dijo esto, así, tal cual: "Vos sabés que ayer, estuve leyendo el diario, y en una parte leí que Mendoza era la ciudad más maravillosa del mundo. ¿Podés creér vos? ¡Mendoza! Yo me conozco toda la Argentina, te digo, y para mí cualquier lugar es más lindo que éste. Mendoza es una mugre. Está todo feo, nadie hace nada, nadie quiere trabajar. A mí me da vergüenza decir que soy de acá. Salís y los negros estos te chorean todo, son todos unos corruptos los mendocinos." Cada palabra que agregaba esta señora era una lágrima más que me daban ganas de derramar. Si bien la información que me dio estaba totalmente errada, lo que menos me importó fue eso. En mi cara se notaba la lástima que sentí en ese momento. Lástima por la terrible ignorancia que cargaba esa persona en su cuerpo.
Cuando terminó de hablar, la miré, y no fui capaz de decir nada... La Celeste de todos los días hubiese retrucado a viento y marea cada cosa que salió de esa boca. Pero no, se me cerró la garganta y sólo la despedí formalmente.
Desde este mediodía no dejo de pensar. ¿Qué pasará por la mente de aquella persona, para decir tamaña barbaridad? ¿No es eso, acaso, producto de una mala educación? No me refiero a la educación institucional, me refiero a la educación que te da la vida, la que aprendés de tus viejos, tus hermanos, tus amigos o quien sea que te rodee. Esa es la base de todo.
Palabras llenas de insensatez, de discriminación, de desconocimiento, de injusticia! Está en cada uno de nosotros, con algún mínimo aporte que hagamos, el cambiar un poco esa realidad. Vos, pibe, sos el encargado de transmitir estos VALORES. De eso hablo, de los valores que están perdidos. RESPETO, AMOR, DIGNIDAD, HONRADEZ, RESPONSABILIDAD, PATRIOTISMO, GRATITUD Y LEALTAD. 
Si estás leyendo esto, y pensás como esta señora, busco que cambies esa mentalidad insolente, despreciativa, desdeñosa, ofensiva. Empezando por el reconocimiento, sino es sólo un engaño. Si ya conseguiste eso, lo demás viene solo, y vas a ver qué sorprendente es..! Sí, porque en esto no cabe el "cada uno opina como quiere", no hermano, esto tiene que cambiar.
O, si pensás como yo, ayudame a transmitir esto de la mejor forma: con el ejemplo. De nada sirve todo este palabrerío si no se aplica.
Bueno, en fin, no quiero ser una Bucay, sólo busco con esto, que aquel que está del otro lado tome conciencia de la importancia que tiene lo que acabo de contarles, porque es algo que nos toca la espalda constantemente y estamos ahí, dejando que pase, sin mover un dedo. Hagámonos cargo. Como dice el título de esta entrada: Si no empezamos nosotros... de qué cambio hablamos?

lunes, 24 de febrero de 2014

25 de febrero de 1778: Nacimiento del General, natalicio de la gloria sudamericana.

Despierto está entre nosotros, como una estrella protectora en nuestro cielo. En el hogar que nos reúne, su nombre augusto es como el pan y como el fuego. No hay argentino que no sienta dentro del alma la virtud de su recuerdo. Y que no escuche en lo más hondo del corazón la voz profunda de su sueño. Hasta en la muerte es de sus hijos, hasta la muerte silenciosa es de su pueblo. Hasta en la muerte se derrama sobre la vida y el honor de nuestro suelo. Mientras vivió, vivió de darse, como el misterio de la música en el tiempo. Como la fuente, como el río, como la luz, como la llama, como el viento. El alma inmensa de aquel hombre sólo cabía sin dolor en un ejército. Para vivir en el mundo su corazón necesitó miles de cuerpos. Aquel ejército era el eco de su emoción, pues era carne de su carne. Su corazón le daban forma; sus venas vivas de pasión le daban cauce. Su voz vibraba en los clarines y sostenía las banderas en el aire. Hasta en los últimos tambores, lo que sonaba era su pulso formidable. Su voluntad se propagaba como un incendio hasta los puestos más distantes. De regimiento en regimiento, de batallón en batallón, de sable en sable. Su fe rodaba por las filas con el empuje de un torrente infatigable. Y su calor llegaba en olas a los lugares más confusos del combate. En el momento de la gloria no había herida que en su ser no palpitase. Si todo el triunfo era su triunfo, toda la sangre derramada era su sangre. Llegó la fecha señalada, y el gran ejército cruzó la cordillera. La mole altiva no se opuso, porque sintió que aquella fuerza era su fuerza. Aquellos hombres que pasaban estaban hechos de su polvo y de su piedra. Eran hermanos de sus rocas, de sus tremendos precipicios, de sus crestas. Eran volcanes de los suyos: tenían fuego en la raíz y en la cabeza. Eran montañas y montañas, movilizadas con fervor para una empresa. 

Del otro lado había pueblos esclavizados y naciones prisioneras. Había seres que esperaban la libertad, había hermanos en cadenas. Un vasto sueño los unía, y era que un sol les disipara las tinieblas. Aquella luz con que soñaban llegó por fin en el temblor de una bandera. Detrás del sol el alma inmensa de San Martín desembocó de las montañas. Y sobre medio continente se desató como un ciclón de luz y llamas. Su fuerza enorme recorría todas las fibras de aquel cuerpo que avanzaba. Y aquel abismo de materia se convertía poco a poco en cumbre de alma. Y era relámpago en los pechos, trueno en las bocas y centella en las miradas. Chispa en el bosque de las crines y tempestad en la floresta de las lanzas. Estaba entera en cada grito de rebelión, en cada puño, en cada espada. Tanto en la sangre turbulenta como en el río silencioso de las lágrimas. Nuestro destino y su destino se confundieron como el hierro en la fragua. Y nuestra historia fue tomando la forma justa de la gloria en sus entrañas.
Seamos fieles a esta forma, como soldados de verdad a una consigna. Porque es la forma de la patria: justo equilibrio de valor y de justicia. Sólo una espada como aquella pudo engendrar este milagro de armonía. Porque en ninguna de la tierra la semejanza con la cruz fue tan estricta. 



Guardemos siempre la memoria de aquella mano sin temor y sin mancilla. Guardemos siempre su recuerdo fundamental, como si fuera nuestra vida. Con el amor con que la fruta guarda en el fondo de su seno la semilla. Con el fervor con que la hoguera guarda el recuerdo victorioso de la chispa. Que su sepulcro nos convoque mientras el mundo de los hombres tenga días. Y que hasta el fin haya un incendio bajo el silencio paternal de sus cenizas.


Francisco Luis Bernárdez


miércoles, 19 de febrero de 2014

Fidel Roig Matons

Buenas noches mis afables lectores.
El mes de febrero es, para mí, el mes glorioso; el mes sanmartiniano, sin dudas. La mayoría de las batallas en las que combatió el Ejército Libertador; el nacimiento del General, el fallecimiento de su hija, Mercedes; etc. Diversos hechos, momentos y lugares, producidos en febrero. Por eso es que en este mes me permito hablar como quiero, dejando de lado las parcialidades, neutralidades y frivolidades (que, quiera o no, son siempre necesarias para obtener un buen resultado de análisis profundo y metodológico). Me doy permiso para sacar de adentro todo el sentimiento que aflora hasta por las orejas. Y es que cuando uno tiene algo que llena hasta el más escondido rincón del corazón y satura el alma de sentimientos, es muy difícil guardarlo, decirle que se calle, que "ahora no porque hay que dormir la siesta, más tardecito va a salir a jugar" (como decía mi mamá a mis amigas hace unos cuantos años, cuando me venían a buscar para machonear de árbol a árbol). No me importa nada, no quiero que me importe. Siempre la Celeste poniendo la cabeza por delante; esta vez todo lo contrario: la que duerme la siesta es ella y el corazón sale a jugar.

Hubo un hombre, por el siglo XIX, que no entendía la vida sin honor, sin justicia, sin luchar por lo propio, no sabía lo que era no tener dignidad. Llamado "Padre de la Patria", "Padre de Naciones", "General victorioso", "Santo de la espada", "Fundador de la libertad"entre otros; un hombre que le dio razón y sentido a nuestra argentinidad y que jamás escatimó sacrificio alguno para ofrendarles a los oprimidos de América, la tan preciada libertad. Hablo, claro está, del General José Francisco de San Martín. Pero no voy a entrar en detalles (a eso lo dejo para la publicación que haré el 25 de este mismo mes, aniversario del nacimiento de Don José); quiero centrarme en el hombre que mejor supo retratar los razgos más importantes del General (hombre fuerte, victorioso, de gran esplendor), como así también los más pormenorizados (humildad, flaqueza, sacrificio, el deterioro de salud -casi irremediable-, amor, y dignidad). Me refiero a Fidel Roig Matons, a criterio personal, el mejor pintor.

Autorretrato

Por supuesto que yo no entiendo nada de pintura, en lo absoluto, pero como dice mi amigo Pablo: un artista es bueno en tanto y en cuanto genera "algo". Bueno, así, de eso hablo. Este tipo me transmite "todo".

Les comento un poco: Roig Marons nació en Cataluña, España. Estudió Bellas Artes en Barcelona y en 1907 emigró para Argentina. Estuvo unos meses en Buenos Aires y se nos vino para los pagos medocinos, radicándose acá. Trabajaba en el colegio Agustín Alvarez como profesor de artes plásticas. Fue dejando esa profesión para dedicarse sólo a la pintura. Primeramente, sus obras reflejaban los pueblos indígenas que habitaron Mendoza, sobre todo los Huarpes.

Hacia 1936, se dedicó de lleno a pintar los paisajes de la Cordillera de Los Andes junto con los momentos más relevantes de la gesta sanmartiniana. A partir de ese momento, sólo se va a dedicar a reflejar estas maravillas. Inclusive muere en 1977 dejando varias obras sin terminar, debido a la ceguera que lo acompañó desde 1953, aproximadamente.

Acá les dejo varias de sus pinturas. Actualmente se encuentran en el edificio de la Muncipalidad de Mendoza. Se puede visitar, es gratis y está durante todo el día. Les aconsejo como mendocina que no pierdan la posibilidad de ir y conocer, realmente es maravilloso. Y ya que están se dan una vueltita por el Memorial (que está en la cuadra de atrás) y me van a visitar. Bueno, a mí no, a las banderas.

San Martín es transportado a Cauquenes por una compañía de 60 granaderos. Óleo y detalle.






San Martín y su amigo personal, Tomás Guido

Llegada al Portillo y encuentro con su ahijado Olazábal




lunes, 17 de febrero de 2014

Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida

Hoy cumpliría 178 años el personaje ya mencionado. Más conocido como Gustavo Adolfo Bécquer, este poeta español fue uno de los últimos representantes del Romanticismo del siglo XIX. Cobró reconocimiento luego de su muerte cuando vieron la luz muchas de sus obras. Un claro ejemplo fue su libro "Rimas", que se perdió en 1868 y gracias a su memoria y las publicaciones donde algunas ya habían aparecido, pudo reconstruir su obra más famosa, que terminó lanzándose junto a sus "Leyendas" en 1871, a un año de su desaparición física, como gesto de sus amigos para ayudar a su familia. En cuanto a la vida personal, les comento algunas curiosidades:

Uno de los dibujos de Bécquer
¿Sabías que Becquer era dibujante? ¿Que tenía un carácter amargo y pesimista? Para él, la única felicidad era el amor, y era en esos momentos de desborde amoroso que se inspiraba para escribir obras como Tu pupila es azul (aunque no iban dedicados siempre a la misma mujer; era un enamorado del amor, no de una persona en particular). ¿Sabías que todas las mujeres de Bécquer le fueron infieles? Hasta hubo una, Casta, que dijo embarazarse de él y en realidad tenía más de tres amantes, uno de ellos era el padre del bebé que llevaba en el vientre. ¿Sabías también, que varias veces lo despidieron de diversos trabajos porque se entretenía dibujando en horarios laborales, y producía grandes caos? Bueno, ahora lo sabés, gracias a Historia de hoy y todos los tiempos.

Lo último que les comparto es un poema (uno de los tantos) que me llega bien al corazón.

LXIX

Es cuestión de palabras y no obstante
ni tú ni yo jamás,
después de lo pasado, convendremos
en quién la culpa está.
¡Lástima que el Amor un diccionario
no tenga dónde hallar
cuándo el orgullo es simplemente orgullo
y cuándo es dignidad! 

Otro más, y listo:

LXXX

Aire que besa, corazón que llora,
águila del dolor y la pasión,
cruz resignada, alma que perdona...
eso soy yo.

Serpiente del amor, risa traidora,
verdugo del ensueño y de la luz,
perfumado puñal, beso enconado...
eso eres tú.


Facha el pibe, no?

domingo, 16 de febrero de 2014

Batalla de Humaitá. Guerra de la Triple Alianza.

Buenas noches, mis estimados. Hoy les traigo material casi exclusivo; digo esto porque es muy poca la información que se tiene sobre el tema y, por ende, es poco lo que se sabe. Así es que estoy hoy acá para tratar de (aunque sea un poco) sacarle la parte de "exclusividad" al tema y que sea más cercano a nuestros conocimientos.

La Batalla de Humaitá se llevó a cabo el 18 de febrero de 1868. Marcos Paz, vicepresidente de la República Argentina, había muerto en Buenos Aires por la epidemia de cólera que traída del frente de guerra, se propagó como una maldición durante el verano de 1867-68. La verdad es que los brasileños – dueños casi únicos de la guerra, pues solamente del Imperio llegaban refuerzos y armas – se pusieron serios con Mitre después del feo desastre de Tuyú-Cué y le impusieron volverse a Buenos Aires. Constitucionalmente no era necesaria su presencia, no obstante la muerte de Paz, porque el gabinete desempeñaba sus funciones (no había ley de acefalía) y faltaban escasamente ocho meses para la conclusión del período presidencial. Pero Brasil quería apresurar la conclusión de la guerra.

Alejado Mitre (para no volver más), las perspectivas fueron más risueñas para Brasil: Caxias volvió a tomar el mando en jefe. Tal vez no había leído a Federico II, pero llevaba a Mitre la ventaja de ganar batallas.

Sin el general en jefe todo resultaría fácil (como dice el dicho: cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta). El 19 de enero el almirante Inacio fuerza el paso de Humaitá; el 24 dos monitores brasileños llegan hasta Asunción y bombardean la capital paraguaya. Dominado el río por los brasileños, no le era posible al mariscal mantener las fortificaciones de Humaitá y Curupaytí, y el 10 de marzo hizo el repliegue del grueso de su ejército por el camino del Chaco. Apenas dejó cuatro mil hombres de Humaitá para cubrir la retirada. En canoas, chatas y jangadas, los diezmados paraguayos que han defendido hasta más allá del heroísmo la línea de Curupaytí y Humaitá, cruzan el río Paraguay, y por el Chaco toman rumbo norte: en Monte Lindo vuelven a atravesar el río y acampan finalmente en San Fernando. Esa operación resulta un alarde de conducción y valor: es todo un ejército con sus bagajes y armas, heridos y enfermos, evacuando una posición comprometida y en presencia del enemigo. Dos veces cruzaron el río sin que “la escuadra de Brasil se diera por enterada de la doble y audaz maniobra”, dice Arturo Bray.

Los cambá
El coronel Martínez quedó en Humaitá como cebo para inmovilizar al ejército aliado. Pero ya la fortaleza inexpugnable carecía de objeto. El julio recibe la orden de abandonarla con sus pocos efectivos clavando los 180 cañones que no pueden transportarse. Pero el impaciente mariscal Osorio quiere darse la satisfacción de tomarla por las armas y ataca con 8.000 soldados. Martínez hará en Humaitá y con Osorio la misma defensa de Díaz en Curupaytí y ante Mitre: lo deja acercar hasta las primeras líneas y allí lo envuelve en la metralla de su fuego de artillería. Muy cara pagaría Osorio la pretensión de entrar en Humaitá tras un ataque; finalmente se vio obligado a desistir y ordenar la retirada. Fue Humaitá la última gran victoria paraguaya. Pero más afortunado que Mitre, Osorio ha dado a tiempo la orden de retirada y consigue salvar gran parte de sus efectivos.

 Los cambá (negros brasileños) entrarían en Humaitá y en Curupaytí solamente después de que el último paraguayo las hubiera evacuado el 24 de julio. El 23 a la noche, Martínez ha hecho salir por el río a los efectivos postreros, hombres y mujeres. El 24 al amanecer los brasileños izan la bandera imperial en la ya legendaria fortaleza; poco antes lo habían hecho en Curupaytí. No es feliz la retirada de Martínez a través del Chaco. Los heroicos defensores de la fortaleza han debido sacrificarse para proteger el repliegue del grueso del ejército; van por el Chaco hostilizados por fuerzas muy superiores, ametrallados desde el río por la escuadra. Inácio y Osorio quisieran vengar en Martínez el respeto que le han tenido a Humaitá durante tres años. Finalmente la diezmada guarnición queda encerrada en Isla Poi; logra resistir durante diez días y debe rendirse agobiada por el hambre y el número. Se rinden así los últimos paraguayos que quedaban en ese teatro de guerra. Conmovido, el general Gelly y Obes, hace desfilar a los nuestros “ante los grandes héroes de la epopeya americana”. Hermoso ejemplo que nos debe llenar de orgullo.

Un paraguayo no puede rendirse, aunque la inanición le impida moverse y la falta de municiones no le permita contestar el fuego enemigo. Solano López, ya convertido en el frenético “soldado de la gloria y el infortunio” que dice Bray, es implacable con quienes no demuestran tener su mismo temple. Es imposible ganar la guerra y no han sido prósperas las gestiones de una paz honrosa. Por lo tanto el solo camino que queda a los paraguayos es la muerte; dar al mundo una lección de coraje guaraní.

El coronel Martínez se había conducido como un héroe en su defensa de Humaitá y en su imposible retirada por el Chaco. Pero se había rendido. No importa que contara con mil doscientos hombres y mujeres sin más uniforme que un calzón desgarrado, un quepí, sin pólvora para su fusil de chispa, ni alimentos, frente a tropas veinte veces superiores. Pero el mariscal se había rendido y eso no le era permitido a un paraguayo: la palabra “rendición” había sido borrada del léxico. López declara traidor al defensor de Humaitá.

Los tres años de guerra injusta y desproporcionada han hecho del atildado Francisco Solano una verdadera fiera: está resuelto a morir con su patria y no comprende ni perdona otra conducta. Ni a sus amigos ni a sus jefes más capaces ni a su misma madre y hermanos. Ante todo está Paraguay y por él sacrificará sus afectos más caros. No es la suya una conducta “humanitaria”, seguro; pero López no es en aquella agonía un ser humano sometido a la moral corriente. Es el símbolo mismo de un Paraguay que quiere morir de pie; un jaguar de la selva acosado sin tregua por sus batidores.

En esa última etapa de la guerra nacerá la versión del monstruo, del tirano sanguinario, del gran teratólogo, que alimentaría medio siglo de liberalismo paraguayo. Se le imputaron hechos terribles y no todo fue leyenda urdida por el enemigo. Hay cosas que estremecen, pero pongámonos en la tierra y en el tiempo para juzgarlos; en ese Paraguay de fines de la guerra envuelto en un halo de tragedia. Pensemos en los miles de paraguayos muertos en los combates por defender su tierra o caídos de inanición o de peste en la retaguardia. Sólo así puede juzgarse ese conductor que no puede perdonar a quienes manifiestan flaqueza, hablen de rendirse o tengan simplemente otro pensamiento que no sea morir en la guerra. Para comprenderlo hay que tener un corazón como el de los paraguayos y un alma lacerada por la inminencia de la derrota de la patria. Porque ocurrirán ahora cosas espantosas: el fusilamiento del obispo Palacios, los azotes y el fusilamiento de la esposa de Martínez, la muerte de los hermanos de López, acusados de conspiración; la prisión y los azotes de sus hermanos y hasta de su misma madre. En la atmósfera de tragedia, se yergue la figura del mariscal implacable, convencido de que a los paraguayos, con él a la cabeza, sólo les queda disputar palmo a palmo el querido suelo o morir.