lunes, 30 de diciembre de 2013

El amor en tiempos de revolución

Buenas tardes estimados, hoy nos ponemos un poco melosos y hablamos de amor. Sí señores, le ponemos un poquito de corazón a estos tiempos agitados y nos dejamos llevar un poco por el sentimiento, como he hecho yo últimamente. Les traigo la historia del ilustre Mariano Moreno y su enamorada Guadalupe Cuenca.




El Dr. Mariano Moreno, quien había estudiado leyes en Chuquisaca se constituyó en uno de los actores principales de la Primera Junta de Gobierno. Pero esta Revolución había nacido con dos cabezas: Moreno y los revolucionarios por un lado, Saavedra y los conservadores por el otro.
No me voy a detener en relatar los hechos de mayo que condujeron al cabildo abierto y al consabido "El pueblo quiere saber de que se trata”.

Me quiero referir a Moreno hombre, intelectual brillante y de personalidad arrolladora, quien en 1804 mientras visitaba una tienda, en Chuquisaca quedó impresionado por la belleza de una joven que aparecía retratada en un camafeo, preguntó quién era y le contestaron que se llamaba María Guadalupe Cuenca.
Apasionado como era Moreno, no paró hasta dar con ella, cruzaron miradas y Guadalupe, que estaba destinada a ser monja por deseos de su madre, encontró en el amor por Moreno el argumento mas firme para negarse a la vida de convento. Se casaron en 1804 y tuvieron un hijo: Marianito.

En el año 1804 se trasladaron a Buenos Aires, y sobre los finales de 1810, luego de renunciar a su cargo en la Primera Junta, en medio de amenazas a su vida, se ve forzado a un exilio "diplomático" rumbo a Londres.
A poco tiempo de la partida de Moreno, su mujer Guadalupe o Lupe o Mariquita recibe una encomienda anónima con un abanico de luto, un velo y un par de guantes negros y una nota diciendo: "Estimada señora: como sé que va a ser viuda, me tomo la confianza de remitir estos artículos que pronto corresponderán a su estado". Este hecho motiva a Guadalupe a escribir decenas de cartas a su marido, muy bellas, llenas de contenido amoroso y sentimiento patrio, de las cuales estos son algunos párrafos:


    "Mi amado Moreno de mi corazón:


Te escribí con fecha de 10 o 11 de éste, pero vuelvo a escribirte porque no tengo día más bien empleado que el día que paso escribiéndote y quisiera tener talento y expresiones para poderte decir cuanto siente mi corazón, ay, Moreno de mi vida, qué trabajo me cuesta el vivir sin vos, todo lo que hago me parece mal hecho, hasta ahora mis pocas salidas se reducen a lo de tu madre (…) las gentes, la casa, todo me parece triste (…) van a hacer tres meses que te fuiste pero ya me parecen tres años; estas cosas que acaban de suceder con los vocales, me es un puñal en el corazón, porque veo que cada día se asegura más Saavedra en el mando, y tu partido se tira a cortar de raíz(…)  no ceso de encomendarte a Dios para que te conserve en su Gracia y nos vuelva a unir cuanto antes porque ya vos me conoces que no soy gente sino estando a tu lado; sólo Dios sabe la impresión y pesadumbre tan grande que me ha causado tu separación porque aun cuando me prevenías que pudiera ofrecérsete algún viaje, me parecía que nunca había de llegar este caso; al principio me pareció sueño y ahora me parece la misma muerte y la hubiera sufrido gustosa con tal de que no te vayas. (…) en la plaza principal están levantando una Pirámide y dicen que van a poner, en un lado la Reconquista, en otro la entrada del inglés y en el otro la instalación de la Junta, y dicen también que van a hacer fiestas Reales."
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     Mi querido Moreno de mi corazón:


“Medrano no se cansa con todos los demás de sembrar odio contra vos, todo esto me aflige más de ver que no se contentan con que estés lejos, sino que ultrajan tu memoria y hacen cuanto pueden para arruinarte; han echado la vez que te quitan los poderes, como pudieras volver o mandarme llevar, aunque se metieran los poderes donde no les da el sol, que nos importara; te vuelvo a prevenir que no mandes cartas bajo la cubierta de la Junta (...) Marianito está bien y acaba de pedir que te vengas pronto; (…) no dejes de escribirme a menudo, y basta de guardar secretos a tu mujer que nadie los guardará mejor que yo, no te olvides de las promesas que me hiciste (…) y no te olvides de mí ni te enojes ni fastidies mis cartas, adiós mi querido Moreno, tu mujer que te ama más que a sí misma y verte desea, Maria Guadalupe Moreno.”

En su última carta Lupe escribió: " Por vos mismo puedes sacar lo que cuesta esta nuestra separación, y si no te parece mal que te diga, que me es más sensible a mí que a vos, porque siempre he conocido que yo te amo más que vos a mí, perdóname, mi querido Moreno, si te ofendo con esta palabra.."
A los pocos días Guadalupe recibió una carta fechada en Londres el 1ro. de mayo de 1811 donde su cuñado Manuel le cuenta que su amado Moreno había muerto y su cuerpo arrojado al mar.
Al enterarse Saavedra, no pudo disimular su alivio y se le oyó decir: "Hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego."
Meses más tarde, Lupe escribe una carta a la Primera Junta donde expresa: " Acabo de perder a mi esposo (...) arrebatado de aquel ardiente entusiasmo que tanto lo transportaba por su patria, le prestó los mas importantes servicios y corrió toda clase de riesgos; aquí le sacrificó sus talentos, sus tareas, su comodidades y hasta su reputación; en medio del océano se sacrificó él mismo terminando la carrera de su vida como víctima de la desgracia propia (...)Un hijo de 7 años y su desgraciada viuda imploran los auxilios de la patria persuadidos de que ni ésta ni su justo gobierno podrán mostrarse indiferentes a nuestra miseria ni ser insensibles espectadores de nuestro amargo llanto, y de las ruinas y estragos que nos ha ocasionado el mas acendrado patriotismo (...) Ojalá nuestro desamparo fuera menor, así me libraría de una solicitud que tanto me mortifica..."

María Guadalupe recibió una pensión de 30 pesos fuertes mensuales, cuando el sueldo del Triunvirato era de 800 pesos fuertes.


Como decía Sócrates: PARA CIERTOS ESTADOS LOS PENSADORES VALEN MUY POCO"


miércoles, 11 de diciembre de 2013

Angkor, templos tragados por la jungla.

Hoy comparto algo genial, y si has jugado al Angkor Wat como yo, te va a copar más todavía.
Prestá atención:




Existen rincones en el mundo que conforman un número sorprendentes de maravillas de la geología y la arquitectura milenaria, rincones que solo la imaginación del ser humano creía posible alcanzar. En el vecino país de Camboya, nos encontramos una maravilla llamada Los Templos de Angkor, situada 5 kilómetros al norte de la ciudad de Siem Riep, en el oeste de Camboya.


Los Templos de Angkor es un complejo de más de 1000 kilómetros cuadrados en medio de la jungla Camboyana a las orillas del rio Angkor. Formado por varios templos y construcciones que datan del siglo IX, el mayor de ellos y también, el de mejor estado de conservación, es Angkor Wat, aunque tampoco tiene nada que envidiar Angkor Thom, el Templo Bakan. 

Los templos de Angkor se levantan en mitad de la jungla Camboyana, durante años abandonados y posteriormente recuperados, la vida se abre camino. Muros, paredes y patios han sido invadidos por árboles de descomunales dimensiones, tal cual observaron en las fotografías que conforman la visual de esta breve pero interesante nota, verdaderas ruinas tragadas por el avance de la jungla, escenario surrealista que vale la pena destacar como maravilla milenaria.







¡Impresionante!

martes, 19 de noviembre de 2013

Pedro "Tropero" Sosa

Está tan olvidado este personaje en la historia, sobre todo de Mendoza, que no encontré fotos de su persona. Es una lástima que así sea. Se preguntarán cuán importante es este personaje tan nombrado por las urbes maipucinas (así es honorablemente llamada una de sus principales calles). Acá les cuento con una nota del diario Los Andes que lo explica muy claramente:


http://4.bp.blogspot.com/-hvE4GuI7UCQ/Uowx9_bMCrI/AAAAAAAAACI/MInBeO94djI/s320/int-212145.jpgEl “tropero” Sosa fue uno de los mendocinos que más hizo, en materia logística, para gestar la campaña de San Martín hacia Chile. Pero es de los que quedaron detrás de la enorme estampa del general.
          El hombre se dedicaba a llevar y traer mercaderías del puerto de Buenos Aires. Una especie de transportista de entonces, sólo que en vez de camiones usaba carretas de cuero y paja y bueyes para tirarlas. En la época, comienzos del siglo XIX, los troperos y arrieros eran quienes también traían las novedades de las grandes ciudades. Entre las mercaderías comunes estaban los granos, la ropa de moda y alguna botella de alcohol de contrabando.
         
 Dicen que Sosa era corajudo como pocos y que varias veces debió enfrentar, mientras el sol jugaba en el brillo de los pedregales, a malones de indígenas que pretendía asaltarlo en los desérticos caminos hacia la capital. Y ese coraje es el que lo hizo pasar a la historia. 
         San Martín necesitaba de las provisiones que Pueyrredón le había prometido para la campaña libertadora que debía iniciarse en enero de 1817. Y los tiempos se acortaban. Entonces mandó a llamar a todos los troperos y les pidió que alguno hiciera el viaje a Buenos Aires para traer cañones, pólvoras y herraduras, en la mitad del tiempo normal (que era de 70 días) a cambio de doble paga. Y sólo uno aceptó el desafío: Pedro Sosa.
            El hombre partió tomando Las Cañuelas (actual calle Ituzaingó), se encomendó a la Virgen del Buen Viaje y salió a remontar el desierto. Y en sólo 41 días estuvo de vuelta en Mendoza, cerca de la Navidad de 1816, con la mercadería y con sus bueyes agonizando por el esfuerzo. “A azotes y reventando bueyes”, dijo entonces Sosa que logró la hazaña. 

          Otra participación fundamental de Sosa en la campaña fue la preparación de las 1.500 mulas que usarían los soldados para cruzar la cordillera. En esos contactos entabló una amistad particular con San Martín que duró por siempre. Incluso, desde el exilio, el general le escribió varias cartas que, por no saber leer, Sosa guardaba con pudor hasta que sus hijos pudieran leérselas.

"Es indudable que el brillo del General San Martín opaca otros brillos, pero hay que reconocer que a veces un brillo es la sumatoria de otros."

martes, 5 de noviembre de 2013

La Momificación

Buenas tardes chavalines.. Hoy les traigo una hermosa curiosidad (tétrica quizás para los sensibles). Se trata del proceso de "inmortalización" que los antiguos egipcios practicaban. Sólo se llevaba a cabo cuando morían los más ricos, además del Faraón y su familia, debido a que era muy costoso y largo; duraba aproximadamente setenta días. Esta técnica se realizaba por una creencia de los egipcios en la vida después de la muerte. Pensaban que el difunto no terminaba con su vida, sino que viajaba a un "más allá".

¿Querés saber cómo se hacía? Mirá:

- Primero, se colocaba al difunto sobre una mesa de piedra o de madera, cuyas patas y decoración tenían forma de león.

- Se abría el cuerpo, se lavaba y se procedía a la extracción del cerebro (por la nariz), luego los órganos del cuerpo, menos el corazón, ya que se creía que de esa manera el difunto no perdía su esencia. Los envolvían en un paño de lino y se introducían en los cuatro vasos canopos bajo la protección de cuatro dioses, llamados "Hijos de Horus" representados en las tapas de estos recipientes.

- A continuación, el cuerpo era cubierto con natrón (una sal que lo desecaba y así evitaba su descomposición).
-Se rellenaba con limo o serrín, procedentes del Río Nilo y se cosía. Luego se lavaba con agua del mismo río y se ungía con bálsamos aromáticos.
-Una vez realizados los pasos anteriores, el cuerpo se envolvía en vendas de lino impregnadas en resina.
- La cabeza de la momia era cubierta con una máscara pintada. En el caso de momias reales (faraones o familiares), la máscara era de oro.
-Finalmente, la momia se introducía en un sarcófago de madera o de piedra, se colocaba en forma vertical y se procedía con los ritos funerarios. Generalmente, se ubicaba en la habitación donde el fallecido dormía habitualmente. Y así quedaba:

Lindo, no?

lunes, 28 de octubre de 2013

Willie Dixon

Sí, lo sé, este es un blog de contenido histórico-educativo ¡Pero esto también es educar!
Te comento, pibe/a: Este tipo, de nombre William James Dixon, fue (y seguirá siendo) una maravilla del blues. Acá te dejo una pequeña muestra para que disfrutes, es un tema llamado "I can't quit you baby" (originario de Led Zeppelin, interpretado por este maestro). Y, si no te gusta, no hablés de música, hacete ese favor.

jueves, 24 de octubre de 2013

José Antonio Álvarez Condarco

Hoy les hablo de Alvarez Condarco, un personaje lamentablemente poco reconocido y hasta olvidado, de gran importancia en la campaña libertadora del General San Martín. La siguiente nota es extraída de "Los Hombres de San Martín" por Jorge Sosa:

         

 Dicen que José Antonio Alvarez Condarco, que era el jefe del polvorín en el campamento del Plumerillo donde se preparaba el ejército de los Andes, por orden de San Martín había prohibido que ninguna persona entrara al polvorín si no estaba vestido de manera acorde a los planes de seguridad. Un par de espuelas podían producir una chispa y adiós polvorín y todo lo que hubiese alrededor. Una noche el propio San Martín pretendió entrar a ese depósito de armas y pólvora. El soldado de guardia lo detuvo. -Así no puede entrar, señor - San Martín miró con ojos fieros a su subordinado:- Soy el General San Martín - le dijo, presionándolo. El soldado ni se inmutó:- Sé quién es, señor, pero yo tengo órdenes de no dejar entrar a nadie que no vista en condiciones, ni al mismísimo general San Martín. - El general acondicionó su vestimenta para entrar y al día siguiente reconoció, frente al ejército reunido, el sentido de la obediencia de aquel muchacho al que no lo asustaban galardones ni charreteras . Seguramente Alvarez Condarco se habrá sentido muy feliz con la personalidad de su soldado.
               Es que era muy estricto José Antonio y muy metódico, memorioso, e inteligente. Alguna vez había estudiado cartografía y por todas esas condiciones San Martín lo eligió para una tarea sumamente peligrosa: ir y volver a Santiago de Chile memorizando todos los accidentes de los caminos, que entonces eran caminos irregulares, polvorientos, llenos de obstáculos Claro que para ir se necesitaba una excusa. La recientemente lograda Independencia vino de perilla. José Francisco lo hizo cruzar por el camino más largo, el del Paso de los Patos, hoy San Juan, sabiendo que los realistas de Chile lo iban a devolver por el camino más corto. Así se relevaban los dos caminos más importantes que utilizaría el ejército del cruce. Alvarez Condarco recorrió el camino de ida con mucho sacrificio, en esa época cruzar la cordillera era una tremenda aventura. Ya en Santiago le presento al Gobernador Marcó del Pont el Acta de Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Marcó del Pont se indignó, estuvo a punto de hacerlo fusilar, pero optó por echarlo del territorio español por el camino más corto, el que actualmente une Uspallata con Villavicencio.
              Así se cumplió la previsión de San Martín. La indignación de del Pont debió ser grande porque al despedirlo le dijo: “Yo firmo con mano blanca no como San Martín que tiene su mano negra”. Alvarez Condarco en su ida y vuelta memorizó cada tramo de los caminos, no podía anotar nada porque de descubrirlo hubiera puesto en peligro su vida y la causa. Cuando retornó a Mendoza dibujó con precisión de cartógrafo todos los accidentes del terreno, valiosos mapas que ayudaron al cruce exitoso de la tropa.
             Pero también Alvarez Condarco era militar, su desempeño en la batalla de Chacabuco fue elogiado por su valentía por el mismísimo general. Luego de esa batalla el realista Marcó del Pont fue detenido por el Capitán Aldao y llevado a Santiago. Allí lo recibió San Martín con toda sencillez. Al verlo le dijo, irónicamente, “¡Venga esa mano blanca, mi general!”. Debió reir mucho Alvarez Condarco, por la contestación de su superior, pero más que nada por esa hazaña de hacer mapas de memoria. Fue parte de la guerra de zapa. Alvarez Condarco hizo de espía para su causa. Su intervención fue decisiva.


El dibujo



Don Benavidez lo vio llegar despacio a la posada, al tranco de su ruano, sin apuro, como mandan los buenos consejos de la montaña. Las alforjas cargadas y la tierra metida hasta en la mirada. Pidió un lugar para descansar y no dijo mucho más. Venía de cruzar los Andes y esos propósitos suelen imponer silencio. Durmió sus buenas horas y al despertar Benavidez lo convidó con un buen sancochado, pan casero y una copa de ese vino que había traído en su último viaje al valle de Huentota. José Antonio se sentó a la sombra de un algarrobo añoso. Pensaba, memorizaba. Con una rama fue dibujando en la tierra polvorienta de Uspallata, mensajes de su memoria. “La cuesta del lado chileno es la más difícil, tal vez de bajada no lo sea tanto.
Después de Paramillos el camino se le pega al rio y habrá que tener cuidado con los precipicios”. La ramita dibujaba en la tierra triángulos de montaña, serpientes de ríos, hilachitas de caminos. “Al llegar a las casuchas se ensancha el valle y se puede andar con soltura. Hay pastos ralos, pero pueden servir para alimento del ganado, no mucho, tal vez uno o dos días”. La ramita dibujó redondeles, varios. Rocas, mucha Aconcagua. Don Benavidez se le acercó con un mate de piel espumosa. Se sentó frente a él. Señaló los dibujos.
- ¿Recuerdos?-
- Así es amigo, recuerdos. -
- Parece un mapa.-
Sonrió Alvarez Condarco. Ese hombre sabía, él estaba aprendiendo.

La guerra de zapa

El concepto es que una batalla comienza mucho antes de que se libre la batalla, tratando de confundir al enemigo, de desmoralizar a sus tropas, de infundir miedo, de ganar adeptos. San Martín la llamó guerra de zapa. Datos falsos, actividades de espías, búsqueda de aliados, guerrillas, mensajes cifrados, proclamas para buscar el beneplácito de los pueblos a invadir, alianzas con nativos, búsqueda permanente de información sobre el enemigo, infiltración de hombres en las filas realistas, rumores, mentiras, engaños. Todo perfectamente coordinado por ese gran estratega que fue San Martín. Se podría decir que San Martín ganaba sus batallas con antelación, eso fue lo que lo llevó a entrar en Lima sin haber disparado un solo tiro. Muchos hombres sirvieron a la guerra de zapa. Alvarez Condarco fue uno de ellos.

Canción

MEMORIA DE LA LIBERTAD

Abra bien los ojos don Antonio
que hay mucho que aprender y que mirar,
dibuje en su memoria los detalles
que habrá que hacerle un mapa al general.

De ida por Los Patos, don Antonio,
no anote nada no puede dibujar,
recuerde lo que ve y no diga nada
que la oreja del rey puede escuchar.

Mire que se juega la vida
Mi vida es mi deber
Mire que van a castigarlo
No me han de poder
Mire que pueden matarlo
Si muero viviré

Copiador de paisajes, don Antonio
por Uspallata lo van regresar
usted pinte el camino en su cabeza
que precisa un camino el general

Un arroyo, un vado, una pendiente,
una quebrada, una piedra, un glaciar
No se olvide de nada que por su mente
habrá de caminar la libertad



FICHA DE VIDA

Nació en San Miguel de Tucumán en 1780. Apoyó con entusiasmo la Revolucion de Mayo. Su conocimiento de los explosivos le valió ser nombrado director de la fábrica de Córdoba en 1812. También eran importantes sus conocimientos de cartografía. Fue ayudante de campo y secretario privado de San Martín. Combatió heroicamente en la basu posición antirrosista debió permanecer en Chile donde murió en 1855, en la más absoluta miseria.




¿Cómo nos arreglaríamos hoy para vivir la experiencia que vivió Alvarez Condarco? No creo que pudiéramos, porque hoy estamos acostumbrados a viajar cómodos y rápidos. En aquella época, viajar cómodos era tener buenos animales que aguantaran la travesía, buena montura para que las asentaderas soportaran el traqueteo, ropa resistente para soportar las inclemencias del clima tan cambiante en la montaña, tal vez proveerse de comida duradera, más que rica, duradera, que aguantara un viaje de tantos días sin postas para descansar. En aquella en la cordillera no había postas. Era cuestión de salir para llegar, y llegar era un camino muy sacrificado. Hoy tenemos vehículos que hacen la travesía en pocas horas. Tenemos caminos asfaltados, y lugares donde descansar o proveernos en muchos sitios de la montaña. Tenemos micros con baños, entonces el baño era toda la cordillera. Y si nos ocurre algún percance, no solo están los puestos de seguridad, desparramados en la ruta, sino que la ruta está tan transitada que la ayuda puede ser requerida con rapidez. En los tiempos de Álvarez Condarco, el viajero, si salía solo no veía a nadie más hasta su destino, estaba librado a su soledad y a su suerte. No creo que pudiésemos.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Resumen historiográfico (siglos XV-XVII)



Un breve resumen audiovisual de lo que fue el increíble gran momento del Renacimiento y el Barroco (Siglos XV-XVII)

jueves, 26 de septiembre de 2013

José Francisco de San Martín


Como primer entrada de este blog, les comparto una imagen del gran  San Martín. Sí, el GRAN José de San Martín.