miércoles, 19 de febrero de 2014

Fidel Roig Matons

Buenas noches mis afables lectores.
El mes de febrero es, para mí, el mes glorioso; el mes sanmartiniano, sin dudas. La mayoría de las batallas en las que combatió el Ejército Libertador; el nacimiento del General, el fallecimiento de su hija, Mercedes; etc. Diversos hechos, momentos y lugares, producidos en febrero. Por eso es que en este mes me permito hablar como quiero, dejando de lado las parcialidades, neutralidades y frivolidades (que, quiera o no, son siempre necesarias para obtener un buen resultado de análisis profundo y metodológico). Me doy permiso para sacar de adentro todo el sentimiento que aflora hasta por las orejas. Y es que cuando uno tiene algo que llena hasta el más escondido rincón del corazón y satura el alma de sentimientos, es muy difícil guardarlo, decirle que se calle, que "ahora no porque hay que dormir la siesta, más tardecito va a salir a jugar" (como decía mi mamá a mis amigas hace unos cuantos años, cuando me venían a buscar para machonear de árbol a árbol). No me importa nada, no quiero que me importe. Siempre la Celeste poniendo la cabeza por delante; esta vez todo lo contrario: la que duerme la siesta es ella y el corazón sale a jugar.

Hubo un hombre, por el siglo XIX, que no entendía la vida sin honor, sin justicia, sin luchar por lo propio, no sabía lo que era no tener dignidad. Llamado "Padre de la Patria", "Padre de Naciones", "General victorioso", "Santo de la espada", "Fundador de la libertad"entre otros; un hombre que le dio razón y sentido a nuestra argentinidad y que jamás escatimó sacrificio alguno para ofrendarles a los oprimidos de América, la tan preciada libertad. Hablo, claro está, del General José Francisco de San Martín. Pero no voy a entrar en detalles (a eso lo dejo para la publicación que haré el 25 de este mismo mes, aniversario del nacimiento de Don José); quiero centrarme en el hombre que mejor supo retratar los razgos más importantes del General (hombre fuerte, victorioso, de gran esplendor), como así también los más pormenorizados (humildad, flaqueza, sacrificio, el deterioro de salud -casi irremediable-, amor, y dignidad). Me refiero a Fidel Roig Matons, a criterio personal, el mejor pintor.

Autorretrato

Por supuesto que yo no entiendo nada de pintura, en lo absoluto, pero como dice mi amigo Pablo: un artista es bueno en tanto y en cuanto genera "algo". Bueno, así, de eso hablo. Este tipo me transmite "todo".

Les comento un poco: Roig Marons nació en Cataluña, España. Estudió Bellas Artes en Barcelona y en 1907 emigró para Argentina. Estuvo unos meses en Buenos Aires y se nos vino para los pagos medocinos, radicándose acá. Trabajaba en el colegio Agustín Alvarez como profesor de artes plásticas. Fue dejando esa profesión para dedicarse sólo a la pintura. Primeramente, sus obras reflejaban los pueblos indígenas que habitaron Mendoza, sobre todo los Huarpes.

Hacia 1936, se dedicó de lleno a pintar los paisajes de la Cordillera de Los Andes junto con los momentos más relevantes de la gesta sanmartiniana. A partir de ese momento, sólo se va a dedicar a reflejar estas maravillas. Inclusive muere en 1977 dejando varias obras sin terminar, debido a la ceguera que lo acompañó desde 1953, aproximadamente.

Acá les dejo varias de sus pinturas. Actualmente se encuentran en el edificio de la Muncipalidad de Mendoza. Se puede visitar, es gratis y está durante todo el día. Les aconsejo como mendocina que no pierdan la posibilidad de ir y conocer, realmente es maravilloso. Y ya que están se dan una vueltita por el Memorial (que está en la cuadra de atrás) y me van a visitar. Bueno, a mí no, a las banderas.

San Martín es transportado a Cauquenes por una compañía de 60 granaderos. Óleo y detalle.






San Martín y su amigo personal, Tomás Guido

Llegada al Portillo y encuentro con su ahijado Olazábal




3 comentarios:

Anónimo dijo...

Permítame,con su permiso señora/señorita Celeste
A mi en mi infancia me ocurrió lo mismo, mientras mi madre me suspendía salir afuera, yo ya me estaba escapando porque no soportaba la suspensión de las risas de mis amigos o los gritos de Gooolll.
Creo que no hay cosa obra más grande y bella cuando esta se hace con el corazón y sentimientos verdaderos,así como seguramente Fidel Roig Matons sintió al pintar al General.
Sin más demora, da mucho gusto leer su blog porque se nota que lo hace usted con el corazón y con pasión en la historia. La sigo cuando puedo. Saludos

Anónimo dijo...

Soy Lucas de La Paz

Unknown dijo...

Hola, anónimo. No puedo más que agradecer su cálido comentario. Es una alegría inmensa para mí saber que lo que quiero transmitir llega con éxito al otro lado de la pantalla. Muchísimas gracias por dedicar tiempo a leer mis publicaciones. Saludos!!

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